- c. 2.300 a.C.-
Mesopotamia
Golfo Pérsico
Hace más de 60 años, las excavaciones en las cuevas de Qumrán (en hebreo: קומראן, en árabe: خربة قمران Khirbet Qumran), un sitio arqueológico situado en Cisjordania (Palestina), al norte del valle del Mar Muerto, revelaron casi mil rollos de papiro antiguos que ofrecen información importante sobre el pasado de la humanidad.
Los arqueólogos quedaron desconcertados cuando encontraron documentos inusuales: textos antiguos que ofrecen pistas sobre la desaparición de los llamados Nephilim (hebreo: sing. נפיל Nefyl; pl. נפילים Nefylym) y que han sido denominados el "Libro de los Gigantes".
El libro probablemente fue escrito por Noé, considerando que la historia contada termina con el Diluvio Universal, lo que significa que posiblemente fue escrito antes, durante o inmediatamente después del diluvio; aunque el texto podría haber sido escrito a lo largo del tiempo, siendo completado alrededor del 2300 a. C. Puede considerarse un texto complementario del Libro de Enoc, debido a las narraciones superpuestas, y algunos creen que originalmente eran un solo documento.
El Libro de los Gigantes, encontrado entre los Rollos del Mar Muerto, es una obra única y muy deteriorada. Era aparentemente bastante grande, pero más de dos mil años de deterioro lo han reducido a fragmentos aislados, a veces con sólo unas pocas palabras. Sin embargo, era muy valorado por los esenios, como lo demuestra la gran cantidad de copias (es uno de los documentos más comunes descubiertos allí).
Un grupo de orientales conocido como los maniqueos utilizó otra versión ligeramente modificada, que combinaba creencias judías, cristianas, zoroastrianas y asiáticas. Mani (216-277), un líder religioso parto del siglo III, escribió un documento que abarcaba varios temas, uno de los cuales era el Libro de los Gigantes, que parece haber reconstruido en forma casi completa. Lamentablemente, esta obra también está dañada, pero se encuentran paralelismos entre estas copias, que fueron escritas con cientos de años de diferencia, y a partir de ellas se puede crear una probable narrativa. Además de éstas, hay otras fuentes: un Midrash judío sobre el libro, un posible resumen encontrado en las Homilías Clementinas y varias citas e ilusiones.
Entre los fragmentos descubiertos en Qumrán, el historiador alemán Loren Stuckenbruck identificó diez manuscritos del Libro de los Gigantes. Estos fragmentos (1Q23, 1Q24, 2Q26, 4Q203, 4Q530, 4Q531, 4Q532, 4Q556, 4Q206 y 6Q8) fueron encontrados en las cuevas 1, 2, 4 y 6 del sitio.
En este artículo profundizaremos en lo mencionado anteriormente a través del análisis de los restos fragmentarios de la escritura de los Gigantes en las versiones aramea (aproximadamente 300 a.C.) y maniquea (aproximadamente 250 d.C.). Si bien es importante examinar ambas versiones, se puede encontrar una historia más detallada en el Libro de Enoc, una versión conocida como 1 Enoc. Especialmente, el Libro de los Vigilantes, parte del Libro de Enoc (capítulos 1-36).
Según James Claire VanderKam, erudito bíblico y teólogo experto estadounidense, el tratado principal del Libro de Enoc junto con El libro de los Vigilantes (Enoc 1-36) "es un intento de explicar cómo fue que la maldad se había vuelto tan generalizada y poderosa antes del diluvio; al hacerlo, también proporciona la razón por la cual Dios estaba más que justificado al enviar el Gran Diluvio".
Aunque la Biblia hace varias referencias a estas inmensas figuras, especialmente en el libro de Génesis, la mayor parte de la información sobre los gigantes proviene de estos libros. El texto antiguo (versión aramea), encontrado en 1947, fue utilizado por esenios y maniqueos y se atribuye a Noé, bisnieto de Enoc, uno de los personajes más intrigantes de todos los tiempos.
Génesis 5:22-32
Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.
Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo. Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.
Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
En los tiempos de los patriarcas Enoc y Noé, la tierra estaba llena de violencia, la gente siempre estaba pensando y planeando el mal, la preocupación por los apetitos físicos era general y existían seres híbridos malévolos que destruían todo a su paso. La maldad de los seres humanos llegó a su apogeo; actividad satánica, corrupción y rebelión era todo lo que se veía en ese tiempo.
Enoc 9:1-3
Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de la injusticia y de la violencia que se cometía sobre ella.
Considerando esto, los cuatro fueron y se dijeron: "el grito y el lamento por la destrucción de los hijos de la tierra sube hasta las puertas del cielo". Y dijeron a los santos del cielo: "Es ahora a vosotros a quienes las almas de los hijos de los hombres suplican diciendo 'llevad nuestra causa ante el Altísimo, nuestra destrucción ante la gloria majestuosa y ante el Señor de todos los señores' en cuanto a majestad".
Probablemente el aspecto más llamativo de este período es la alusión en el Libro de Enoc a la mezcla sexual de mujeres humanas con ángeles (caídos), quienes "comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas".
Una vez embarazadas, dieron a luz a gigantes que luego crecieron hasta medir unos tres mil codos de altura (unos 1.300 metros). Estos seres devoraron el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no pudieron proveer para ellos. Nada satisfacía su hambre; mataban y comían pájaros, animales, reptiles y peces, e incluso humanos, y enseñaban el mal, la brujería, los encantamientos y la adivinación: versiones distorsionadas de los secretos del cielo.
Debido al mal que había sobrevenido a la humanidad, Dios decidió enviar un Gran Diluvio. El Libro de los Gigantes amplía esta historia y relata las hazañas de los gigantes.
Hebreos 11:5
Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
En el Libro de Enoc leemos que Shemihaza, el líder de los ángeles caídos con alrededor de 200 en total, discutió y permitió la idea de mezclarse con mujeres humanas. Shemihaza tenía miedo de descender solo a las hijas de los hombres, por lo que persuadió a doscientos ángeles, llamados Vigilantes, para que lo acompañaran en su misión de placer. Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto unos con otros, bajo anatema. Y eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del monte que llamaron "Hermon", porque sobre él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema. Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, 'El, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el. Estos son los jefes de decena. (Enoc 6:5-8)
'Asa'el (Azazel) enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes y otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el antimonio, el maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las tinturas. Y entonces creció mucho la impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a corromperse en todas las formas.
Shemihaza enseñó encantamientos y a cortar raíces; Hermoni a romper hechizos, brujería, magia y habilidades afines; Baraq'el los signos de los rayos; Kokab'el los presagios de las estrellas; Zeq'el los de los relámpagos; 'El enseñó los significados; Ar'taqof enseñó las señales de la tierra; Shamsi'el los presagios del sol; y Sahari'el los de la luna, y todos comenzaron a revelar secretos a sus esposas. (Enoc 8:1-4)
Dios vio la magnitud del mal; todo lo que estaban haciendo los gigantes, y se arrepintió de haber creado a los seres humanos, pero prometió establecer un pacto con Noé y su familia.
El Libro de los Gigantes amplía esta historia, especialmente al referirse a las actividades de los dos hijos del ángel caído Shemihaza, los gigantes Ohya y Hahya, quienes comenzaron a tener sueños siniestros sobre una catástrofe inminente y sus esfuerzos infructuosos para que Enoc intercediera ante Dios en su nombre, sin resultados positivos.
Enoc 10:1-9
Entonces el Altísimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de Lamec. Y le dijo: "Ve hacia Noé y dile en mi nombre, 'escóndete'; y revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va a perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.
Enseguida enseña al Justo, al hijo de Lamec, lo que debe hacer para preservar su alma para la vida y escapar definitivamente, pues por él será sembrada una planta y serán establecidas todas las generaciones".
Y además, el Señor le dijo a Rafael: "Encadena a 'Asa'el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en él; Tira sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del Juicio que sea arrojado al fuego.
Después, sana la tierra que los Vigilantes han corrompido y anuncia su curación, a fin de que se sanen de la plaga y que todos los hijos de los hombres no se pierdan debido al misterio que los Vigilantes descubrieron y han enseñado a sus hijos.
"Toda la tierra ha sido corrompida por medio de las obras que fueron enseñadas por 'Asa'el, impútale entonces todo pecado". Y el Señor dijo a Gabriel: "Procede contra los bastardos y réprobos hijos de la fornicación y haz desaparecer a los hijos de los Vigilantes de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de destrucción, pues no habrá para ellos muchos días".
Enoc 10:10-22
"Ninguna petición en su favor será concedida, pues esperan vivir una vida eterna o que cada uno viva quinientos años. Y a Miguel le dijo el Señor: ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su impureza, ¡que sus hijos perecerán y ellos verán la destrucción de sus queridos! Encadénalos durante setenta generaciones en los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio.
"En esos días se les llevará al abismo de fuego, a los tormentos y al encierro en la prisión eterna. "Todo el que sea condenado, estará perdido de ahí en adelante y será encadenado con ellos hasta la destrucción de su generación. Y en la época del juicio que yo juzgaré, perecerán por todas las generaciones.
"Destruye todos los espíritus de los bastardos y de los hijos de los Vigilantes porque han hecho obrar mal a los humanos. "Destruye la opresión de la faz de la tierra, haz perecer toda obra de impiedad y haz que aparezca la planta de justicia; ella será una bendición y las obras de los justos serán plantadas en alegría para siempre.
"En ese tiempo todos los justos escaparán y vivirán hasta que engendren millares. Todos los días de vuestra juventud y vuestra vejez se completarán en paz. "Entonces toda la tierra será cultivada en justicia y toda ella será plantada de árboles y llena de bendición.
"Todos los árboles de la tierra que deseen serán plantados en ella y sembrarán allí viñas y cada una de ellas producirá mil jarras de vino y cada semilla producirá mil medidas por una, y una medida de aceitunas producirá diez lagares de aceite. "Y limpia tú la tierra de toda opresión, de toda violencia, de todo pecado, de toda impiedad y de toda maldad que ocurre en ella y hazles desaparecer de la tierra.
"Y todos los hijos de los hombres llegarán a ser justos y todas las naciones me adorarán, se dirigirán en oración a mí y me alabarán. "Y la tierra estará limpia de toda corrupción, de todo pecado, de todo castigo y de todo dolor y yo no enviaré más plagas sobre la tierra, hasta las generaciones de las generaciones ni por toda la eternidad.
El Libro de los Gigantes (Según los Rollos del Mar Muerto)
Entre los textos antiguos más sorprendentes jamás descubiertos en el último siglo en las cuevas de Qumrán, el Libro de los Gigantes es probablemente el más notable. Este antiguo rollo cuenta las hazañas de los gigantes, de lo que le hicieron a la humanidad hace miles de años, cuando ángeles y humanos interactuaban libremente, un hecho documentado en Génesis (6:1-4): "Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los seres humanos eran hermosas. Entonces tomaron como mujeres a todas las que desearon. Pero el Señor dijo: «Mi espíritu no permanecerá en el ser humano para siempre porque no es más que un mortal; por eso vivirá solamente ciento veinte años». Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ellas, nacieron gigantes, que fueron los poderosos guerreros de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra".
Debido a la antigüedad de los escritos, la historia de los fragmentos de Qumrán es confusa en muchos lugares, pero se puede rastrear una cronología con cierta precisión.
La historia comienza con Dios viendo el mal en la Tierra y ordenando a 220 ángeles conocidos como Vigilantes que bajen y enseñen y guíen a la humanidad sobre la moralidad. Así lo hicieron, liderados por Shemihaza y 'Asa'el (Azazel). Establecieron un consejo de 20 y comenzaron a enseñar a la Humanidad. Pronto, un gran grupo de mujeres de la Tribu Cainita (los descendientes de Caín, el primer asesino) seducen a estos ángeles, quienes se transforman en forma física.
Los 200 se casan con una mujer cada uno y tienen hijos. Estos niños, llamados Nephilim, son gigantes y constituyen una raza desastrosa que tiene un hambre insaciable de comida. Viven en ciudades y pronto recurren a los humanos, quienes intentan alimentarlos pero comienzan a devorarlos, practicando el canibalismo.
Comienzan las guerras entre ellos, arrastrando al hombre a sus conflictos. Pronto la Tierra parece atravesar una crisis ecológica, debido a la presencia de formas de vida antinaturales.
Enoc 12:1-6
Ante esos sucesos 'Enoc había sido ocultado y no había ningún humano que supiera dónde fue escondido ni dónde están ni qué le sucedió. El hacía todas sus acciones con los Vigilantes y pasaba sus días con los santos.
Así, yo 'Enoc estaba comenzando a bendecir al Señor de majestad, al Rey de los tiempos, y he aquí que el Vigilante del gran Santo me llamó a mí, 'Enoc el escribiente y me dijo: 'Enoc, escriba de justicia, ve a los Vigilantes del cielo que han abandonado las alturas del cielo, el eterno lugar santo y que se han contaminado con las mujeres haciendo como hacen los hijos de los hombres, y han tomado mujeres y han forjado una gran obra de corrupción sobre la tierra, y hazles saber que no habrá para ellos paz ni redención de su pecado.
"Y así como gozaron a causa de sus hijos ellos verán la muerte de sus bienamados y llorarán por la pérdida de sus hijos y suplicarán eternamente, pero no habrá para ellos misericordia ni paz".
Pronto Dios envía a un profeta llamado Enoc para condenarlos, después de que ellos piden perdón. Dios les había ordenado previamente que no se les podía dar esposas, y que si lo hacían, serían juzgados. Dios ignora sus llantos de perdón, pero deja en claro que sus hijos, los Gigantes, aún pueden ser salvados, porque no tenían voluntad propia cuando nacieron del mal.
La preocupación de Dios ahora es que la genética limpia del hombre pronto será abolida y corrompida por este ADN dañado. Enoc profetiza que serán condenados al infierno a su debido tiempo y que el mundo continuará descendiendo hacia la destrucción. Aparte de esto, es evidente que los Vigilantes (Ángeles Caídos) también lograron reproducir descendencia con animales, produciendo híbridos animales-ángeles, contaminando aún más la genética limpia.
El Libro de los Gigantes, un libro judío apócrifo, amplía la narrativa de la Biblia hebrea desde la creación temprana hasta el fin de los tiempos y, a través de sus elaboraciones multifacéticas sobre los decretos divinos de advertencia y fatalidad, vincula al antiguo patriarca Enoc con su historia generalmente reconocida.
El Libro de los Gigantes se publicó en no menos de seis o siete idiomas. Del original siríaco se hicieron versiones en griego y persa medio. La edición de Sogdian probablemente deriva del persa medio, el Uygur del Sogdian. El libro pudo haber existido en copto.
Aunque incompleta, también es una narración antediluviana que fue recibida principalmente en la literatura maniquea y era conocida en Turfán. Sin embargo, las tradiciones más antiguas conocidas del libro se originan en copias arameas de un Libro de los Gigantes entre los Rollos del Mar Muerto; se encuentran referencias a los Gigantes en: Génesis 6:1-4, los libros de Enoc (etíope, eslavo, hebreo, griego), Jubileos, Génesis Apócrifo (también llamado de Apocalipsis de Lamec), 2 y 3 Baruc (eslavo), el Documento de Damasco y visiones en Daniel 7:9-14.
Enoc 13:1-9
Luego, 'Enoc se fue y le dijo a 'Asa'el: "No habrá paz para ti, contra ti ha sido pronunciado un gran juicio para encadenarte. "No habrá para ti ni tregua ni intercesión, porque has enseñado la injusticia y a causa de todas las obras de impiedad, violencia y pecado que has enseñado a los humanos.
Y avanzando les hablé a todos ellos y todos temieron y se espantaron y el temblor se apoderó de ellos. Me suplicaron que elevara una petición por ellos para que pudieran encontrar perdón por sus pecados y que la leyera en presencia del Señor del cielo.
Porque desde entonces ellos no pueden hablar a Dios ni levantar sus ojos al cielo, debido a la vergüenza por los crímenes por los cuales fueron condenados. Entonces escribí su oración con todas sus peticiones por sus almas y por cada una de sus obras y por lo que suplicaban todos, que hubiera para ellos perdón y larga vida.
Fui y me senté junto a las aguas de Dan, en la tierra de Dan, al sur del Hermonín, a su lado occidental y estuve leyendo el libro donde anoté sus peticiones, hasta que me dormí.
He aquí que me vinieron sueños y cayeron sobre mí visiones hasta que levanté mis párpados a las puertas del palacio del cielo y vi una visión del rigor del castigo. Y vino una voz y me dijo: "Habla a los hijos del cielo para reprenderles".
Cuando desperté fui a ellos. Todos estaban reunidos juntos y sentados llorando, en la Fuente del Llanto que está entre el Líbano y Senir, con los rostros cubiertos. Conté delante de ellos todas las visiones que había visto en sueños y me puse a hablar con palabras de justicia y de visión y a reprender a los Vigilantes celestiales.
El Libro de los Gigantes narra los antecedentes y el destino de estos gigantes antediluvianos y sus padres, los Vigilantes (llamados grigori en eslavo 2 Enoc), los hijos de Dios o santos (Daniel 4:13, 17) que se rebelaron contra el cielo cuando, en violación prohibida de los estrictos "límites de la creación", se mezclaron, en su lujuria, con las "hijas de los hombres".
Sus descendientes aún más corruptos, los gigantes, fueron llamados en adelante Nephilim, siendo las razas mestizas terrenales que lucharon contra Dios y sus seguidores justos, cuyos números disminuyeron a medida que el mundo estaba abrumado por la corrupción y el mal; los fragmentos maniqueos dan a estos malvados el nombre general de demonios (El libro de Enoc los llama bastardos).
Aunque los términos para los Vigilantes y sus descendientes a menudo se confunden en sus diversas traducciones e iteraciones, colectivamente a estas razas rebeldes se las denomina los ángeles caídos en fuentes apócrifas, así como en las narraciones bíblicas que se refieren a ellos.
Al reconstruir los fragmentos para lograr una narrativa comprensible, podemos notar que los fragmentos iniciales cuentan el "descenso" del cielo de los ángeles rebeldes o "malvados", quienes trajeron conocimiento a la humanidad, pero también causaron grandes disturbios y males en la tierra.
Más tarde, la historia se centra en las vidas de varios gigantes: Mahway, Gilgamesh, Hobabesh, Ohya, su hermano Hahya y un gigante sin nombre que es amigo de Ohya. Un día, un gigante llamado Hobabesh le roba la esposa a otro gigante, lo que a su vez desencadena una guerra.
Después de esta guerra, todavía se produce un pequeño conflicto junto a un río sin nombre. Allí, Mahwah mata a un gigante, pensando que la guerra continúa. Este asesinato enfurece a Ohya, el hijo del ángel Samyaza, que era amigo del gigante asesinado. Luego declara que Mahway morirá por esto, pero los otros Nephilim desafían esta idea y protegen a Mahway de Wrath, y Ohya luego olvida el plan de matarlo.
Cuatro gigantes comienzan entonces a tener visiones, algunas de ellas de un jardín destruido, una tablilla sumergida en agua y más. Los cuatro gigantes son Gilgamesh, Ohya, Ahya y Mahway. Pronto se dan cuenta de que son visiones de juicio, pero por miedo a su propia destrucción, afirman que están destinadas a Azazel, ya que era un gran malhechor. Sin embargo, debido a la incertidumbre, exigen que Mahway vaya a buscar a Enoc y les diga la respuesta a los sueños, y si no va, morirá. Mahway aparentemente vuela hacia Enoc, y el profeta le da dos tablas para llevar consigo.
Él regresa y lee las tablas, y tanto los Gigantes como los Vigilantes se enteran de que el mundo pronto será destruido por un gran diluvio, matando a todos excepto a Noé y su familia cercana. Antes de esto, Azazel será atado primero al Infierno, y el resto de los Ángeles Caídos serán atados después, ya que el diluvio está casi sobre ellos.
Hay varias versiones que supuestamente explican el descenso de algunos ángeles a la Tierra desde el cielo. Los detalles de la primera rebelión contra Dios ocurrieron de la siguiente manera: En la eternidad pasada sólo existía Dios, y en ese tiempo sólo había una voluntad: la de Dios. Por eso, Dios decidió crear a los ángeles. Al parecer, esto se hizo antes de la creación de nuestro mundo (Job 38:6-7). Al menos en el principio, la voluntad de los ángeles coincidía perfectamente con la de Dios. De hecho, en la creación de Dios sólo había una voluntad. Pero entonces ocurrió algo que lo cambió todo.
Lucifer, el antiguo jefe de los ángeles, que inicialmente fue creado como "querubín protector", permitió que su orgullo y soberbia lo llevaran a querer ser como Dios, y por su desobediencia fue expulsado del cielo. Más tarde, otros ángeles con ideas similares siguieron sus pasos y abandonaron el cielo para irse a la Tierra. Con el tiempo, se los conoció como "ángeles caídos". Sin embargo, parece que la razón principal de su "descenso" fue la lujuria por las "hijas de los hombres", lo que condujo a relaciones sexuales entre los ángeles (ahora) malvados y mujeres terrenales.
Enoc 14:1-15
Este es el libro de las palabras de la verdad y de la reprensión de los Vigilantes que existen desde siempre según lo ordenó el Gran Santo en el sueño que tuve.
En esta visión vi en mi sueño lo que digo ahora con la lengua de carne, con el aliento de mi boca, que el Grande ha dado a los humanos para que hablen con ella y para que comprendan en el corazón. Así como Dios ha creado y destinado a los hijos de los hombres para que entiendan las palabras de conocimiento, así me ha creado, hecho y destinado a mí para que reprenda a los Vigilantes, a los hijos del cielo.
Vigilantes: yo escribí vuestra petición y en una visión se me reveló que no será concedida nunca y que habrá juicio por decisión y decreto contra vosotros, que a partir de ahora no volveréis al cielo y por todas las épocas no subiréis, porque ha sido decretada la sentencia para encadenaros en las prisiones de la tierra por toda la eternidad.
Pero antes veréis que todos vuestros seres queridos irán a la destrucción con todos sus hijos y las riquezas de tus seres queridos y de sus hijos no las disfrutaréis y ellos caerán en vuestra presencia por la espada de destrucción. Pues vuestra petición por ellos ni la petición por vosotros serán concedidas.
Continuaréis pidiendo y suplicando y mientras lloráis no pronunciéis ni una palabra del texto que he escrito. Esto me fue revelado en la visión: He aquí que las nubes me llamaban, la neblina me gritaba y los relámpagos y truenos me apremiaban y me despedían y en la visión los vientos me hacían volar, me levantaban en lo alto, me llevaban y me entraban en los cielos.
Los principales infractores de esta historia fueron un grupo de ángeles conocidos como "Vigilantes", cuya tarea era vigilar y guiar las acciones de la humanidad. Evidentemente, traicionaron esa confianza y fueron los instigadores de la promiscuidad y la perversión sexual.
Como se mencionó anteriormente, uno de los líderes de la rebelión, Shemihaza, fue persuadido a tomar forma humana junto con unos doscientos ángeles y embarcarse en esa aventura. De lo anterior se desprende claramente que el orgullo y la lujuria fueron las principales fuerzas impulsoras de la deserción. La ambición desenfrenada fue otra.
Dios expulsó a estos ángeles desleales del cielo y finalmente los condenó a una vida eterna de condenación. Sin embargo, conservaron su poder hasta cierto punto.
El resultado de "tomar esposas" entre las mujeres fue el nacimiento de seres monstruosos y gigantes malvados. En Génesis 6:4 encontramos las palabras: "Había gigantes en la tierra en aquellos días". Ellos trajeron consigo conocimiento arcano, pero también causaron estragos en todos los habitantes de la Tierra.
Proverbios 25:2
Es privilegio de Dios ocultar un asunto, y privilegio del rey descubrirlo.
Son muchos los secretos que encierra la Biblia, sin embargo, cuando recurrimos a ella podemos darnos cuenta de que contiene inmensos y profundos tesoros, como una mina de diamantes que tenemos que descubrir.
Reconstrucción de los Fragmentos
Así, comienza detallando cómo los Vigilantes y sus descendientes los Nephilim con muchos seres monstruosos devastaron la tierra, destruyendo todo ser viviente en ella. Los humanos también cometieron toda clase de atrocidades y aunque Noé predicó durante mucho tiempo, no se arrepintieron de sus pecados.
Los textos reconstruidos dan un relato resumido del descenso de los "Vigilantes" en ese momento, trayendo conocimiento y estragos.
1Q23 – Fragmentos 9, 14 y 15 de los Textos de Qumrán
[Estos ángeles caídos] conocían los secretos de [todas las cosas]. [En aquella época] el pecado era grande en la tierra. Los ángeles malvados mataron a muchas personas y engendraron gigantes [con mujeres mortales].
4Q531 - Fragmentos 3 y 2 de los Textos de Qumrán
Los ángeles malvados (antiguos) [consumían] todo lo que la tierra producía: los grandes peces, las aves del cielo, todos los frutos de la tierra, toda clase de granos, [el fruto] de los árboles, [incluso las bestias y los reptiles contra los que cometían pecado] todos los reptiles de la tierra: ellos [observaban/vigilaban todas las cosas terrenales]. Realizaron todo tipo de actos crueles con palabras duras sobre la creación y la humanidad misma.
Nota: Doscientos ángeles fueron persuadidos a dejar el cielo para ir a la tierra.
1Q23 - Fragmentos 1 y 6 de los Textos de Qumrán
Los doscientos ángeles tomaron doscientos asnos, doscientos asnos, doscientos ovejas y carneros del rebaño, doscientos machos cabríos, doscientos animales salvajes, todo animal y toda ave [para hacer experimentos de endogamia con humanos] y todo tipo de mestizaje.
Nota: Los doscientos ángeles caídos eligen animales sobre los cuales realizar actos antinaturales, incluidos, presumiblemente, seres humanos. Como resultado, en medio de toda la perversión, se crearon monstruos, debido al cruce de animales con mujeres mortales. Al igual que los dioses egipcios, los sátiros y posiblemente incluso los dinosaurios, el resultado de la corrupción demoníaca fue la violencia y la creación de seres más monstruosos.
El Libro de los Gigantes fue encontrado muy dañado, y sólo quedan fragmentos. Sin embargo, esta información es suficiente para hablarnos del origen de las criaturas híbridas, monstruos y gigantes. Encontramos temas similares en las mitologías comparadas de varias culturas alrededor del mundo.
4Q531 - Fragmento 2 de los Textos de Qumrán
[Los monstruos buscaban carne para destruir y pervertir]. Surgirían monstruos y gigantes que carecían de verdadero conocimiento porque [eran abominaciones]. Mientras tanto, la tierra se volvió cada vez más corrupta y [los gigantes] se volvieron más poderosos. Ellos lo consideraron y [trataron de persuadir a otros ángeles para que vinieran a la tierra, de lo contrario su tiranía finalmente] podría perecer y morir. Mientras tanto, estaban provocando una gran corrupción en la Tierra. [Si este objetivo] no fuera suficiente [para perpetuarla], con el tiempo [serían destruidos] (creían).
4Q532 - Fragmentos 1, 2 y 6 de los Textos de Qumrán
[Los caídos] contaminaron toda la creación y dieron origen a gigantes y criaturas monstruosas, y corrompieron toda la tierra, [que fue] contaminada por el derramamiento de sangre a manos de los gigantes. Pero esto no les bastó y [buscaron constantemente] devorar/destruir a muchos más. Los monstruos atacaron [toda la creación].
Nota: Los gigantes ahora están preocupados por sueños portentosos, y Mahway relata su sueño al resto de los gigantes. Al parecer, ve sumergida en el agua una tablilla con varios nombres inscritos, de los que cuando emerge sólo quedan tres nombres. La interpretación habitual es que esto simboliza la muerte de todos los habitantes de la Tierra excepto Noé y sus hijos.
2Q26 - Fragmentos 2 y 3 de los Textos de Qumrán
[Mahway informó que los humanos] rociaron la tablilla con agua hasta que quedó cubierta. Luego la sacaron y vieron que todas las inscripciones, menos tres, habían desaparecido. Mahway se dirige a los demás y les cuenta el sueño. Esta visión es motivo de maldición y tristeza, dijo el grupo.
4Q530 - Fragmentos 2, 3, 4, 6, 7 y 8 de los Textos de Qumrán
Yo, dijo Mahway, soy el que soportaré el peso de todo el grupo, de aquellos expulsados del cielo, e iré a escuchar a los espíritus de los muertos quejándose de sus asesinos y gritando que todos moriremos juntos y seremos destruidos, mientras yo duermo [y sueño]. [Me serán negados] el pan y la vivienda. Entonces, perturbados por esta visión, [los monstruos] entraron en la asamblea de los gigantes.
6Q8 - Fragmentos 2, 3, 4 y 5 de los Textos de Qumrán
Entonces Ohya le habló sin temblar a Mahway: "¿Quién te mostró toda esta visión, hermano mío?" "Barakel, mi padre, estaba conmigo" [como corroborador, y parecía haber experimentado la misma visión]. Pero antes de que Mahway terminara de contar lo que había visto en su sueño, Ohya le dijo: "¡Ahora he oído maravillas!
4Q530 - Fragmentos 3 y 4 de los Textos de Qumrán
Entonces Ohya le dijo a Hahya: "¿Seremos destruidos en esta tierra?" Cuando terminaron de discutir los sueños, tanto Ohya como Hahya lloraron ante [los gigantes y monstruos reunidos].
4Q530 - Fragmentos 3 y 7 de los Textos de Qumrán
Usa tu fuerza, [aconsejó el grupo]. Entonces Ohya le dijo a Hayha: "Este destino no es para nosotros, sino para Azazel (uno de los ángeles malvados), pues él [mostró la mayor corrupción] a la humanidad. Ellos (los ángeles buenos) seguramente no dejarán que todos sus seres queridos (los gigantes y monstruos) sean desatendidos. No debemos dejarnos abatir. Ustedes (dirigiéndose a la multitud de gigantes, ángeles caídos y monstruos) tienen fuerza y [ pueden resistir]".
Nota: Los gigantes, sin embargo, se dan cuenta de que luchar contra el cielo es inútil.
4Q531 - Fragmentos 1 y 3 de los Textos de Qumrán
Gilgamesh habla: "Soy un gigante, y con la poderosa fuerza de mi brazo puedo derrotar a cualquier mortal. He hecho guerra contra ellos (los mortales) en el pasado, pero ahora no puedo hacer frente a mis oponentes que residen en el cielo y moran en lugares sagrados. Y no sólo eso, sino que además son más fuertes que yo. Ha llegado el día de las bestias depredadoras y del hombre salvaje [como me conocen]".
Entonces Ohya le dijo: "Me han obligado a tener un sueño. El sueño de mis ojos se desvaneció para que pudiera ver una visión. [Ahora sé que en el campo de batalla no podemos ganar]. Gilgamesh, toma nota".
6Q8 - Fragmentos 1 y 2 de los Textos de Qumrán
Ohya describe su visión: "Vi un árbol arrancado de raíz, excepto tres de sus raíces. Mientras miraba, [unos seres] (¿ángeles buenos?) trasladaron todas las raíces a este jardín, [pero no las tres]". (La interpretación de este sueño es similar al anterior.)
Esta visión onírica se refiere a la muerte de nuestras almas, dijo Ohya, y a las de Gilgamesh y todos sus compañeros. Sin embargo, Gilgamesh me dijo que [todos los presentimientos] se referían [únicamente a los gobernantes de la tierra, los temporales, los poderosos, a quienes el líder de los ángeles buenos ha maldecido].
4Q530 - Fragmentos 1 y 2 de los Textos de Qumrán
Los gigantes se regocijaron con sus palabras. Entonces Ohya se dio la vuelta y abandonó la asamblea.
Nota: Existen otros sueños cuyo significado es hostil a los gigantes. Los soñadores hablan de seres monstruosos y luego de gigantes.
Después de esto, dos de ellos tuvieron visiones; no podían dormir y fueron a sus compañeros y contaron sus "sueños" a la asamblea, a sus compañeros, los monstruos. Relataron que en su sueño les parecía estar observando un jardín donde unos "jardineros" (¿ángeles?) regaban doscientos árboles y de sus raíces salían grandes brotes. [De repente el jardín se incendió] de tal manera que el jardín quedó destruido y toda el agua se evaporó. Entonces fueron a contarles a los gigantes sus sueños.
Nota: Se sugirió que se buscara al escriba y profeta Enoc para que interpretara los sueños.
Mahway se elevó en el aire como impulsado por fuertes vientos, usando sus manos como alas de águila. Dejó atrás el mundo habitado y atravesó el gran desierto de la Desolación. Enoc lo vio y lo saludó. [Mahway le contó a Enoc su misión y le dijo que hablaría con él]. Volando de ida y vuelta, Enoc llegó por segunda vez a Mahwah (después de que él, Enoc, había advertido a Mahwah sobre volar demasiado cerca del sol). Mahway habló con Enoc y le dijo que los gigantes y todos los monstruos de la tierra estaban esperando sus palabras.
[Si la caída de los gigantes/ángeles malvados ha tenido lugar desde sus días de gloria celestial], ¿puedes al menos asegurarnos que el número de nuestros días pasados haciendo daño se añadirá a nuestras vidas? Deseamos saber el significado de los doscientos árboles que bajaron del cielo.
Nota: Desafortunadamente, ciertas partes de los rollos han sido dañadas, pero el significado general del texto es claro: uno de los gigantes viajó fuera de la tierra en busca de Enoc debido a su capacidad para interpretar visiones. Enoc, tras haber recibido la petición de Mahway, intentó interceder ante Dios, pero sin éxito. Por lo tanto, le dio a Mahway una tabla que contenía presagios del juicio venidero, pero que ofrecía cierta esperanza para el futuro de la humanidad mediante el arrepentimiento.
4Q530 - Fragmento 2 de los Textos de Qumrán
El escriba Enoc le dio a Mahway una copia de otra tablilla (no la que estaba empapada en agua) que tenía su propia letra escrita a mano (la de Enoc). La escritura en la tablilla decía: En el nombre del gran y santo Dios, este mensaje es enviado a Shemihaza y a todos sus compañeros.
Sabed (los gigantes y monstruos) que [no escaparéis del juicio] por todas las cosas que habéis hecho, y que a causa de vuestras esposas, de vuestros hijos y de las esposas de vuestros hijos, y de vuestro libertinaje en la tierra, ha venido sobre vosotros un juicio celestial. La tierra clama y se queja de ti y de las acciones de tus hijos y del mal que le has causado. Hasta que llegue el ángel celestial Rafael (un ángel enviado por Dios para luchar contra el mal y especialmente contra Azazel), he aquí que viene destrucción por un gran diluvio que destruirá todo ser viviente, todo lo que hay en los desiertos y en los mares. El significado de los sueños es un juicio por todo vuestro mal.
4Q531 - Fragmento 3 y 7 de los Textos de Qumrán
Enoc también parece haber tenido una visión en algún momento. Dijo lo siguiente: Un gran temor me invadió y caí sobre mi rostro. Oí su voz. (¿De quién/del ángel?) (El texto continúa) Él (Enoc) habitó entre los seres humanos, pero no aprendió de ellos ni confió en ellos.
Nota: Parece posible que Enoc estuviera hablando de la ocasión en que un ángel descendió a la tierra para convocarlo al cielo.
Aquí termina la reconstrucción fragmentaria del Libro de los Gigantes (versión de los Rollos del Mar Muerto).
Sería instructivo aquí mirar los pasajes relevantes del Libro de Enoc, especialmente la sección sobre Los Vigilantes, donde se nos habla de la influencia corruptora de los Ángeles Caídos, dando a la humanidad un conocimiento prohibido y arcano. Muchas de las mujeres quedaron embarazadas de los ángeles (evidentemente polimorfos).
Según el Libro de Enoc (en la sección sobre los Vigilantes), Enoc explica que los 200 árboles representan a los 200 Vigilantes (los ángeles que traicionaron su confianza y cuyos troncos cortados significan su próxima destrucción por fuego e inundación). En otra parte del Libro se nos dice que Mahway, en su huida, escapó por poco de ser quemado por el sol, gracias a la advertencia de Enoc.
Los tres nombres restantes (en la tablilla del primer sueño relatado) simbolizan la destrucción de todas las criaturas excepto Noé y sus dos hijos, como se mencionó.
El Libro de los Gigantes (Según la Versión Maniquea)
La versión maniquea es similar a la que se encuentra en las cuevas de Qumrán, solo que está adaptada a la historia del cosmos de Mani (216-277). Los ángeles caídos aquí son demonios arcónticos que escaparon de sus prisiones en el cielo, donde fueron colocados cuando se construyó el mundo. Hay fragmentos en varios idiomas, incluido el persa medio y el copto.
Se dice que provocaron una breve revuelta y, en el proceso, doscientos de ellos escaparon a la Tierra. Si bien la mayoría de los nombres de pila simplemente se transcriben al idioma iraní, Ohyah y Hahyah se llaman Sam y Nariman. Esta versión también contiene un final completo, que cuenta cómo las fuerzas de la Luz, lideradas por cuatro ángeles identificados como Miguel, Gabriel, Rafael e Istrael, someten a los demonios y su descendencia en la batalla.
La versión maniquea comienza con el descenso de ángeles malvados a la Tierra, debido a su lujuria por las mujeres mortales. Los ángeles enseñaron secretos prohibidos a las mujeres (y a los hombres) que finalmente llevaron a la propagación del mal en la Tierra. Subyugan y matan a mucha gente. Shemihaza engendra dos hijos gigantes, Ohya y Ahyah. Otros gigantes son engendrados por otros ángeles caídos/demonios, que traen la ruina a todas las cosas terrenales. La humanidad pide ayuda. Los gigantes luchan entre ellos.
El gigante Ohyah tiene un sueño en el que una tablilla es arrojada al agua y, al emerger, tiene tres señales que indican una destrucción inminente. Su hermano sueña con un jardín que contiene alrededor de doscientos árboles, pero Ohyah le cuenta un sueño que tuvo en el que vio a gente lamentándose.
El gigante Mahway vuela para encontrar a Enoc y escucha su voz advirtiéndole que no vuele demasiado cerca del sol. Enoch lo guía e interpreta sueños que sugieren un desastre inminente para los gigantes. La respuesta de Enoc (escrita de su propia mano) llega a los gigantes y es un mensaje de aprensión que parece predecir un Gran Diluvio.
Mahway regresa a la casa de Enoc (que vive en una especie de paraíso terrenal) para contarle todo, y entonces Ohya tiene un sueño en el que asciende al cielo y ve el agua de la tierra consumida por el fuego. Ohya, Shemihaza y Mahway tienen una conversación y parecen discutir sobre armas. Ohya y Mahway pelean. Los gigantes se alegran de ver a Enoc (ya sea visualmente o a través de la tablilla) y prometen reformarse, rogando por misericordia. Sin embargo, Enoc advierte a los gigantes/monstruos que enfrentarán la condenación a pesar de su creencia de que nunca perderían su poder.
Los ángeles descienden del cielo y aterrorizan a los demonios, que toman forma humana. Los ángeles conducen a los hijos de los gigantes a las aldeas cercanas. Los doscientos demonios se enfrentan en una feroz batalla con los cuatro ángeles. Ohyah y Ahyah tienen la intención de cumplir su promesa de luchar.
Los cuatro arcángeles atan a los Vigilantes con cadenas y destruyen a sus hijos. Parece que hacía tiempo que se habían preparado prisiones para ellos. Ohyah y el ángel Rafael se enfrentaron en una gran batalla.
Comentarios sobre la Versión Maniquea
En libros posteriores del Antiguo Testamento hay muchas referencias a gigantes, lo que denota la creencia continua de los escritores en su existencia y poder. La versión de los Rollos del Mar Muerto continúa relatando las malas acciones de gigantes y monstruos en la Tierra y entre la humanidad, que provocaron la ira de Dios y su amenaza de venganza a través de un Gran Diluvio.
Esto también lo aprendemos en el Génesis, que nos lleva a la historia de Noé y su Arca.
Debido al mal que habían causado los gigantes (los gigantes eran parte de la humanidad, aunque extraordinarios), pero quizás más porque la raza humana misma estaba entregada al mal y a la inmoralidad como resultado de haber sido corrompida por los ángeles descendientes (malvados), se nos dice que el Señor decidió destruir todos los seres vivientes en la tierra. Esto es también lo que nos cuenta el Génesis. La misma historia se cuenta en la versión de los Rollos del Mar Muerto del Libro de los Gigantes: hay una fatalidad inminente. Es en este punto donde los dos relatos, el Génesis y el Libro de los Gigantes, se separan.
En la historia de los Rollos del Mar Muerto nos enteramos de los inquietantes sueños de los gigantes, o de algunos de ellos, que parecen mostrarles un futuro terrible (este aspecto no se menciona en Génesis). Como lo indica la narración del Libro de los Gigantes, se busca a Enoc para que interprete los sueños.
Hay muchas pruebas de la existencia de seres gigantes en la Tierra en los tiempos más antiguos. Aceptar o no esta evidencia es una decisión individual. La Biblia en sí es una colección de historias que quizás creas o no. Sin duda, se hace mucho hincapié en la existencia de gigantes y en el papel que desempeñaron en el mundo bíblico.
En Génesis y el Libro de los Gigantes se nos cuenta cómo surgieron los gigantes. Que desempeñaron un papel importante en los primeros días del hombre y en su destrucción por el diluvio es un aspecto central de las alusiones en la literatura bíblica. La lectura de Génesis 6:4 y los versículos siguientes establece el contexto; la historia del Libro de los Gigantes sigue naturalmente para proporcionar información adicional. Lamentablemente, como al principio del texto, faltan los apartados finales.
El mensaje final que nos queda (en ambas historias) es que los gigantes (malvados) son derrotados, pero el misterio permanece: los gigantes son mencionados después del diluvio.
La Caída de los Gigantes
Desde China hasta América del Norte, está atestiguado no sólo en los registros escritos de varias civilizaciones sino también en el registro arqueológico que una antigua raza de gigantes alguna vez existió en todo el mundo.
Arqueólogos y antropólogos de muchas partes del mundo han hecho un trabajo increíble al abordar las características de estos personajes, pero para interpretar la evidencia arqueológica, muchos estudiosos tuvieron que recurrir a textos antiguos y tradiciones mitológicas para comprender mejor los acontecimientos.
Como se mencionó anteriormente, los textos antiguos encontrados en Qumrán pintan un panorama sombrío: los Nefilim se dieron cuenta de que, como resultado de sus formas violentas y antisociales, enfrentaban una destrucción inminente y llamaron a Enoc para que intercediera ante Dios. Al igual que los Vigilantes, que una vez fueron servidores del Santo y Eterno.
Enoc 15:1-12
Y él me correspondió y me habló y yo oí su voz: "No temas 'Enoc, hombre de justo, escriba de justicia; acércate y escucha mi voz. "Ve y dile a los Vigilantes del cielo que te han enviado a suplicar por ellos: 'A vosotros corresponde interceder por los humanos y no a los humanos por vosotros'.
'¿Por qué habéis abandonando el cielo alto, santo y eterno, os habéis acostado con mujeres y profanado a vosotros mismos con las hijas de los hombres y tomado esposas como los hijos de la tierra y habéis engendrado hijos gigantes?
'Vosotros que fuisteis santos espirituales viviendo una vida eterna os habéis manchado con la sangre de las mujeres y habéis engendrado con la sangre de la carne y como los hijos del hombre habéis deseado después carne y sangre como aquellos que mueren y perecen'. "Por eso yo les he dado a ellos mujeres para que las fecunden y engendren hijos por ellas y para que así no falten ellos sobre la tierra."
'En cuanto a vosotros, fuisteis primero espirituales, viviendo una vida eterna, inmortal por todas las generaciones del mundo; por ello no se os han atribuido mujeres, pues la morada de los espíritus del cielo es el cielo'. "Y ahora, los gigantes que han nacido de los espíritus y de la carne, serán llamados en la tierra espíritus malignos y sobre la tierra estará su morada.
"Los espíritus malos proceden de sus cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos Vigilantes es su comienzo y origen primordial. Estarán los espíritus malos sobre la tierra y serán llamados espíritus malos. "Los espíritus del cielo tienen su casa en el cielo y los espíritus de la tierra que fueron engendrados sobre la tierra tienen su casa en la tierra.
"Y los espíritus de los gigantes, de los Nefilim, que afligen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan penalidades, ellos aunque no comen tienen hambre y sed y causan daños." Estos espíritus se levantarán contra los hijos de los hombre y contra las mujeres porque de ellos proceden.
Enoc 16:1-4
"Después de la muerte de los gigantes cuando los espíritus han salidos de su cuerpo, su carne será destruida antes del juicio. Serán así destruidos hasta el día de la gran consumación, del gran juicio en el cual el tiempo terminará para los Vigilantes e impíos y seréis totalmente consumados.
"Y ahora, a los Vigilantes, que te han enviado a suplicar por ellos, que en otra época habitaban en el cielo, diles: 'Vosotros estabais en el cielo pero todos los misterios no se os habían revelado. No habéis conocido sino un misterio indigno y en el endurecimiento de vuestro corazón lo habéis comunicado a las mujeres y por ese misterio ellas y los hombres han multiplicado el mal sobre la tierra'.
"Diles pues: 'No tendréis paz'".
En la Antigua Tradición Judía
Durante el siglo XX, varios descubrimientos arrojaron mucha luz sobre la evidencia literaria del Libro de los Gigantes. La publicación en 1943 por Walter Bruno Henning (1908-1967) de los fragmentos maniqueos del Libro de los Gigantes descubiertos en Turfan (en lo que hoy es la provincia de Xinjiang), en el oeste de China, ha corroborado las numerosas referencias a su circulación y uso por los maniqueos.
En 1971 se reveló una mayor identificación del Libro Maniqueo de los Gigantes, cuando Józef Tadeusz Milik (1922-2006) descubrió varios fragmentos arameos adicionales de obras de Enoc entre los Rollos del Mar Muerto; asombró al mundo académico al anunciar que los fragmentos se parecían mucho al "Libro de los Gigantes de Mani", y luego agravó este asombro académico con otra afirmación de que los gigantes eran originalmente una parte integral del propio Libro de Enoc.
Por supuesto, fue el gran Robert Henry Charles (1855-1931), traductor y editor en 1906 del Libro de Enoc, quien afirmó que Enoc fue "construido sobre los escombros" de escritos de Noé más antiguos que Génesis, que se refiere sólo al propio Enoc, pero Milik ofreció su propia hipótesis de que la "historia de la creación" de Enoc y el relato de la ley de Dios son naturalmente anteriores a los relatos mosaicos del Sinaí en Génesis: Durante mucho tiempo consideró que Génesis 6:1-4 era un pasaje desconcertante para los estudiosos de la Biblia, pues era una cita de lo que él creía en última instancia que había sido la fuente anterior de Enoc.
Investigaciones más recientes, como la de Klaus Beyer (1929-2014), indican que los nombres de los gigantes Gilgamesh y Hobabish revelan un origen babilónico, lo que se afirma basándose en la apariencia del nombre.
Midrash
Cuenta el Midrash que en los años anteriores al Diluvio, cuando el crimen y la promiscuidad saturaban la tierra, dos ángeles, Shamhaza y Azazel, suplicaron al Todopoderoso: «¡Permítenos morar entre los humanos, y santificaremos Tu Nombre!» Pero tan pronto ambos seres celestiales entraron en contacto con el mundo material, también se corrompieron.
Los misioneros celestiales, que vinieron para redimir a la humanidad de la maldad terrena, cayeron ellos mismos víctimas de sus tentaciones, no tuvieron reparos en entrar en alianzas con las hijas de los hombres y desempeñaron un papel principal en la caída y destrucción de su sociedad adoptiva.
Homilías Clementinas
Capítulo XII. Metamorfosis de los Ángeles
En efecto, de los espíritus que moran en el cielo, los ángeles que habitan en la región más baja, afligidos por la ingratitud de los hombres hacia Dios, pidieron que se les permitiera entrar en la vida de los hombres para que, haciéndose verdaderamente hombres, pudieran convencer más eficazmente a los que habían actuado ingratos hacia Él, y pudieran someter a cada uno a un castigo apropiado.
Así que, cuando se les concedió su petición, cayeron y se pusieron a corromper todo lo que encontraron a su paso: bestias y reptiles, peces y aves, y todo lo que quisieron. Estas cosas también las cantan los poetas entre vosotros, tal como sucedieron, atribuyendo a uno las muchas y diversas acciones de todos.
Capítulo XIII. La Caída de los Ángeles
Pero cuando fueron transformados en la naturaleza de los hombres, de modo que viviendo vidas santas y mostrando la posibilidad de vivir así, pudieran someter a los ingratos al castigo, sin embargo, habiéndose convertido en hombres en todos los aspectos, también participaron en la lujuria humana, y, estando sujetos a ella, cayeron en cohabitación con mujeres; y estando involucrados con ellas, y hundidos en la contaminación y completamente vaciados de su primer poder, no pudieron regresar a la primera pureza de su propia naturaleza, sus miembros se apartaron de su sustancia ígnea: porque el fuego mismo, extinguido por el peso de la lujuria, y cambiado en carne, pisaron el camino impío hacia abajo.
Porque ellos mismos, estando atados por las ligaduras de la carne, estaban constreñidos y fuertemente atados, de tal manera que ya no podían subir al cielo.
Capítulo XIV. Sus Descubrimientos
Después del acto sexual, se les pidió que mostraran cómo eran antes, y como ya no podían hacerlo, porque no podían hacer nada más después de su impureza, quisieron complacer a sus amantes antes que a sí mismos, y mostraron las entrañas de la tierra; es decir, los metales más escogidos, oro, bronce, plata, hierro y similares, con todas las piedras más preciosas. Y junto con estas piedras encantadas, enseñaban las artes de las cosas pertenecientes a cada una, e impartían el descubrimiento de la magia, enseñaban la astronomía y los poderes de las raíces, y todo lo que era imposible de descubrir por la mente humana; también la fundición de oro y plata, y similares, y los diversos teñidos de prendas de vestir. Y todas las cosas, en fin, que son para adorno y deleite de las mujeres.
Capítulo XV. Los Gigantes
Pero de sus relaciones impías surgieron hombres espurios, mucho más grandes que los hombres ordinarios, a quienes después llamaron gigantes; salvajes en sus costumbres y más grandes que los hombres en tamaño, ya que nacieron de ángeles; pero menores que los ángeles, ya que nacieron de mujeres.
Sabiendo, pues, Dios que estaban brutalmente embrutecidos y que el mundo no les bastaba para saciarlos (porque fue creado según la proporción de los hombres y el uso humano), para que no se volviesen por falta de alimento, contra naturaleza, a comer animales, y sin embargo parecieran inocentes, pues se habían aventurado a esto por necesidad, el Dios Todopoderoso hizo llover sobre ellos maná, apropiado a sus diversos gustos; y disfrutaron tanto como quisieron. Pero debido a su naturaleza bastarda, no querían nada más que el sabor de la sangre, así que probaron primero la carne.
Capítulo XVI. Canibalismo
Y los hombres que estaban allí con ellos por primera vez estaban ansiosos por hacer lo mismo. Así, aunque no nacemos ni buenos ni malos, nos convertimos en lo uno o en lo otro; y una vez que se forman los hábitos, es difícil deshacerse de ellos. Pero cuando los animales irracionales no lo hicieron, estos bastardos también probaron la carne humana, pues no era un gran paso consumir carne como la de ellos, habiéndola probado antes en otras formas.
Capítulo XVII. El Diluvio
Pero, debido al derramamiento de mucha sangre, el aire puro se contaminó con vapor impuro y enfermó a quienes lo respiraron, haciéndolos propensos a las enfermedades, de modo que desde entonces los hombres murieron prematuramente.
Pero como la tierra estaba muy contaminada por estos medios, abundaron los primeros seres mortíferos que lanzaban dardos venenosos. Así, como las cosas iban de mal en peor, a causa de estos demonios brutales, Dios quiso expulsarlos como levadura maligna, para que cada generación de una semilla maligna, siendo igual de impía que la anterior, no vaciara el mundo venidero de hombres salvos. Y para ello, habiendo avisado a un hombre justo, con sus tres hijos, junto con sus mujeres e hijos, para que se salvasen en un arca, envió un diluvio de agua, para que, habiendo sido destruido todo, el mundo purificado fuese entregado al que se salvase en el arca, para que tuviese un segundo comienzo de vida. Y así sucedió.
Capítulo XVIII. La Ley para los Sobrevivientes
Como las almas de los gigantes fallecidos eran mayores que las almas humanas, ya que también superaban a sus cuerpos, ellos, como siendo una nueva raza, también fueron llamados con un nuevo nombre. Y a los que sobrevivieron en el mundo les fue prescrita por Dios, por medio de un ángel, una ley sobre cómo debían vivir. Porque eran bastardos en raza, de fuego de ángeles y de sangre de mujeres, y por tanto sujetos al deseo de una determinada raza propia, les fue prescrita una determinada ley justa. Porque un ángel les fue enviado por Dios, explicándoles cuál era su voluntad, y diciéndoles:
Capítulo XIX. La Ley a los Gigantes
Estas cosas parecen bien al Dios que todo lo ve: que no os enseñoreéis de nadie, que a nadie molestéis, a menos que alguno se someta voluntariamente a vosotros, rindiéndoles culto, sacrificando y derramando libaciones, y participando de vuestra mesa, o haciendo cualquier otra cosa que no se debe hacer, o derramando sangre, o gustando carne muerta, o hartándose de lo despedazado por fieras, o de lo cortado, o de lo estrangulado, o de cualquier otra cosa inmunda.
Pero a los que se adhieren a mi ley, no sólo no los tocaréis, sino que también los honraréis y huiréis de su presencia. Porque todo lo que les plazca en su justicia para con vosotros, eso estaréis obligados a soportar. Pero si alguno de los que me adoran se desvía, ya sea cometiendo adulterio, o practicando magia, o viviendo impuramente, o haciendo cualquier otra cosa que no me agrada, entonces tendrá que sufrir algo a manos de ti o a manos de otros, según yo lo mando.
Pero cuando os arrepintáis, Yo juzgaré vuestro arrepentimiento, si es digno de perdón o no, y os juzgaré a vosotros. Por tanto, debéis recordar y poner en práctica estas cosas, sabiendo muy bien que ni siquiera vuestros pensamientos pueden ocultarse de Mí.
Ángeles Caídos entre los Hombres: El Origen del Mal
Los textos de Qumrán que componen el llamado Libro de los Gigantes parecen ofrecer una imagen más completa de los orígenes del mal en la era antediluviana que la que puede ofrecer la historia bíblica del Edén. Y aunque El libro de los gigantes no puede, de ninguna manera, cerrar esa brecha, sí comienza a responder preguntas, a llenar vacíos y a aclarar, tal vez, lo que se pretendía originalmente.
Los fragmentos de Qumrán que comienzan a mediados del siglo XX relatan cómo un grupo de gigantes, descendientes de "ángeles caídos" llamados Vigilantes, entre ellos Ohyah y Hahyah (alternativamente "Ohya" y "Hahya"), ambos hijos de Shemihaza, jefe de los Vigilantes, y también Mahway, hijo gigante del Vigilante Baraq'el, experimentan sueños que prevén el Gran Diluvio.
Una breve mención del gigante Ohya (Ohyah) se encuentra en el Talmud babilónico (Nidah, capítulo 9), que dice lo siguiente: "בר שמחזאשמחזומ בני אחיה בר שמחזאר בני אחיה בר שמחזאוג בני אחיה בר שמחזאו י אחיה בר שמחזאשמחזו" y Og (del Libro de Números) eran hermanos, ya que eran hijos de Ohia hijo de Shemihaza, jefe de los ángeles caídos en el Libro de Enoc. Así, aparentemente, se dan los nombres de los hijos de Ohyah, nietos de Shemihazah.
Aunque podemos obtener mucha información de los fragmentos narrativos de los Rollos del Mar Muerto, todavía hay muchas incógnitas y preguntas que los estudiosos debaten intensamente. Todos estos escritos de Enoc habrían sido importantes desde principios del primer siglo porque la iglesia cristiana primitiva valoraba a Enoc y lo consideraba canónico.
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